Cuando observamos a una persona inmigrante que vive en España, inevitablemente la mayoría de las personas especulamos sobre el tipo de vida que llevaría en su país de origen y en como habrá sido su proceso migratorio. Seguramente muchos piensen que decidió dejar su hogar porque no tenía recursos económicos para vivir, que tendría una baja cualificación profesional o que huía de un conflicto armado… Pero nada más lejos de la verdad, cada persona, sea del origen que sea, lleva a su espalda una mochila con una historia personal, y lo que queremos demostrar con esta serie de entrevistas es que no todos llevamos el mismo equipaje dentro de esa mochila.
Este es el caso de Luz, una mujer que no ha dejado de formarse académicamente a lo largo de toda su vida y que, junto a su marido, ha luchado visibilizar a la inmigración como un hecho positivo y enriquecedor para la sociedad de acogida.
Pero empecemos por el principio. Luz vivió, antes de emigrar, en un pequeño barrio turístico con vistas al Océano Pacífico en la ciudad de Lima, Perú. Pero previamente vivió en una zona céntrica de la ciudad, junto a sus padres y sus 4 hermanos. Era una joven con muchas aspiraciones, que decidió formalizar sus estudios de bibliotecaria coincidiendo con la era digital del país, cuestión que la llevó a interesarse por el procesamiento automatizado de base de datos documentales. Esta decisión la permitió trabajar en diferentes ONGs de acción social en Perú, automatizando centros de documentación. Recuerda cómo la deslumbraba la facilidad y la rapidez con la que estas nuevas tecnologías procesaban los datos documentales y estadísticos, y la mejora que estas supusieron.
Luz tomo la decisión de venir a España en el año 1994 siguiendo los pasos de su marido Julio, un salmantino que migró a Perú siendo aun muy pequeño y que retornó al recibir una beca de estudios de postgrado. En principio vinieron por una estancia de dos años, pero la situación laboral y familiar, les fue llevando a una estancia cada vez más larga, hasta establecer su proyecto de vida definitivamente en Santander.
Actualmente ambos tienen trabajo estable, Julio es profesor universitario en la Universidad de Cantabria y ella es educadora social en un centro de atención a personas en riesgo de exclusión social. En este tiempo no solo han desarrollado sus exitosas carreras profesionales, si no que también han formado una bonita familia en común. Julio y Luz tienen dos hijos. La mayor está terminando un Máster de Biología Celular y Molecular de la UC y el menor ha empezado este año el grado de Ingeniería de Telecomunicación.
Luz cuenta que no todo ha sido un camino de rosas en su proceso de integración en España. Hay que tener en cuenta que es la menor de cinco hermanos y la única que vive fuera de su país natal. Recuerda que la costó mucho dejar su familia, su casa, su cultura, sus amigos… Para ella venir a España supuso empezar la vida desde cero nuevamente. Echaba de menos todo lo que tenía que ver con su familia y su cultura, en aquella época no era como ahora y no había tantas posibilidades de utilizar internet para comunicarse con los suyos, fundamentalmente lo hacía vía postal, con cierta frecuencia por teléfono y a veces por fax.
Aunque generalmente se sintió recibida con naturalidad y cordialidad, admite que se ha sentido discriminada en ciertos ámbitos como el laboral. Luz era una mujer muy preparada, pero parecía que debía de conformarse con ciertos empleos de baja cualificación por el hecho de ser inmigrante, sin embargo no transigió y decidió seguir con su formación en España, llegando a graduarse en una nueva carrera profesional por la UNED, a la que hoy se dedica en cuerpo y alma: Educación Social. Estos estudios, además de completar su curriculum, la brindaron la oportunidad de relacionarse y retomar el contacto con al ámbito laboral que había dejado atrás al convertirse en madre. Luz admite que: “ es con este último esfuerzo educativo con el que he logrado reinsertarme profesionalmente y sentirme más integrada y útil a la sociedad y desde donde creo poder aportar, desde mi experiencia personal y profesional, en los muchos ámbitos donde me he desenvuelto a lo largo de mi vida”.
Pese a las dificultades encontradas Luz puso en marcha dos iniciativas de proyección en Santander. Por un lado, la Asociación que dirige: Intercultural todas las Sangres y por otro, una pequeña tienda de productos alimenticios internacionales que, por unos años, ayudó a los extranjeros en Santander a recuperar sabores de sus tierras perdidos por la distancia y a descubrir otros nuevos, a todos los vecinos curiosos de Santander.
A pesar de que la tienda tuvo que cerrar con motivo de la crisis económica, la asociación se mantiene y continúan realizando actividades culturales.
La cultura es el eje fundamental de su asociación, con la que buscan crear espacios de encuentro intercultural donde se pueda dar a conocer, apreciar y entender la esencia de la cultura de los diversos países de donde proceden los inmigrantes en Santander.
Luz explica que con la Asociación han intentado tocar algunas de las expresiones culturales y estéticas que unen nuestras sociedades, fibras que mueven la sensibilidad en diversos aspectos profundamente arraigados. Gracias a Intercultural en Santander hemos podido disfrutar varias exposiciones como la del Señor de Los Milagros, o las exposiciones de Belenes y Muñecas del Mundo. Sus talleres de recortables y la presentación de trajes típicos que se suelen hacer en el Festival Intercultural los veranos, talleres de lectura y de juegos de mesa interculturales en la Biblioteca de Cantabria… Además, uno de sus ejes centrales es el asesoramiento a jóvenes inmigrantes en sus proyectos profesionales.
De Perú extraña la espontaneidad y la alegría en las relaciones personales, la comida como fuerte señal de identidad cultural de los peruanos y la diversidad de ecosistemas que posee la geografía peruana. Aunque admite que de Santander valora muchísimo la tranquilidad y la seguridad de la ciudad, la belleza de su entorno natural, la cordialidad de su gente y la apuesta continua por mejorar. Por otro lado, también valora positivamente los mecanismos de protección social que llegan a todos los ciudadanos, algo de lo que se carece en su país.
Nos comenta que las playas de Santander la recuerdan al barrio costero en el que ella vivía con su familia, además, las aguas del mar Cantábrico son tan frías como las del Pacífico Sur que bañan las costas de su Lima natal. Comenta que algunos otoños en Santander, cuando el tiempo es húmedo, parece estar bajo la garúa limeña, esa lluvia que no moja ni molesta bajo un cielo de color panza de ratón.
Luz y Julio tratan de viajar a su querido Perú cada vez que pueden, allí tienen aun toda su familia, todas sus raíces. Sus hijos suelen acompañarlos en estos viajes, cuestión con la que creen han abierto sus mentes a otra realidad y han enriquecido ampliamente su educación con la condición intercultural de la familia.
De hecho, Luz tenía comprados los billetes para viajar a Perú el pasado 13 de Marzo, cuestión que descartó por la información que llegaba sobre la declaración de un posible Estado de Alarma y el cierre de fronteras, tal y como sucedió.
Sobre los efectos de la crisis sanitaria en su país nos cuenta que, a pesar de que se tomaron medidas con mayor anticipación y rigurosidad que en España, el virus se ha diseminado muy rápidamente. El sistema sanitario no está preparado para enfrentar una crisis como la que estamos pasando. En Perú hay una alta tasa de trabajadores dentro de la economía informal que no cuenta con afiliación a la seguridad social. Estas personas son atendidas por el sistema general de salud pública (distinto al de la seguridad social) que, aunque cuenta con buen número de hospitales y buenos profesionales, no cubre los gastos de medicación que resultan extremadamente altos, sobre todo para gente de escasos recursos económicos. Todo ello se agrava si tenemos en cuenta que, a día de hoy, en Perú, hay zonas donde sus habitantes no tienen acceso al agua corriente en sus hogares.
Agradecemos enormemente a Luz y a su marido Julio, no solo la atención prestada para la realización de esta entrevista, sino su empeño para hacer de la educación de los jóvenes de familias inmigrantes, una herramienta clave para la integración. Os animamos a seguir con vuestro trabajo muchos años más.