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Voluntarios por Santander: Tercera Edición. Inspiración y Diversidad
La campaña "Voluntarios por Santander" celebra la dedicación de todas aquellas personas que, de manera desinteresada, aportan su tiempo, talento y energía para mejorar la vida de quienes les rodean.
Este año, además, hemos querido dar visibilidad a voluntarios con discapacidad, mostrando que la solidaridad no tiene barreras y que todos podemos contribuir desde nuestras capacidades y experiencias personales.
A través de esta iniciativa, conocemos historias inspiradoras de personas como Olga, voluntaria de SEOBirdLife (Sociedad Española de Ornitología); Pablo, de BSR (Baloncesto en Silla de Ruedas Cantabria); María Ángeles, de la ONCE (Organización Nacional de Ciegos Españoles); María Jesús, que colabora con la ONCE y la Cocina Económica; y Marta y Sergio, de ASPACE (Asociación de Atención a Personas con Parálisis Cerebral).
Cada uno de estos voluntarios refleja cómo la acción desinteresada puede transformar vidas, acercar a la sociedad realidades diversas y fortalecer la empatía y la inclusión en nuestra comunidad. Sus experiencias demuestran que ofrecer ayuda no depende de la edad, las circunstancias o la condición física, sino de la voluntad de hacer del mundo un lugar más justo y solidario.
"Voluntarios por Santander" invita a toda la ciudadanía a sumarse a esta red de apoyo, a descubrir la satisfacción de ayudar y a vivir la experiencia transformadora del voluntariado. Participar no solo cambia la vida de quienes reciben ayuda, sino también enriquece a quienes la ofrecen, creando vínculos, promoviendo valores de generosidad y construyendo una ciudad más cercana, diversa y solidaria.

Pablo Miguel López Arauzo — Voluntario de Baloncesto en Silla de Ruedas Cantabria (BSR Cantabria)
Como voluntario y coordinador del club Baloncesto en Silla de Ruedas Cantabria (BSR Cantabria), una asociación deportiva ubicada en el Polideportivo Manuel Llano de Santander, dedico mi tiempo a promover el deporte adaptado como herramienta de inclusión, igualdad y superación personal. Me encargo de la organización de los viajes, la gestión de material deportivo, las redes sociales y la planificación de proyectos y colaboraciones con otras entidades.
Llegué a Cantabria tras diez años como jugador profesional de baloncesto en silla de ruedas. Al conocer la región, me sorprendió que no existieran deportes colectivos adaptados, así que junto a mi mujer decidimos fundar este club. Hoy, BSR Cantabria ofrece una alternativa real para que personas con discapacidad puedan disfrutar del deporte en equipo, compartiendo esfuerzo, amistad y pasión.
El voluntariado en el deporte me llena de orgullo y satisfacción. Ver cómo alguien recupera la ilusión gracias al baloncesto es impagable. Creo firmemente que el voluntariado deportivo es una forma de construir una sociedad más justa y solidaria. Invito a todas las personas, con o sin discapacidad, a venir a probar: no hace falta ir en silla de ruedas para jugar, solo tener ganas de compartir y superarse.

María Ángeles Merino Gómez — Voluntaria de la ONCE (Organización Nacional de Ciegos Españoles)
Como voluntaria en la Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE) en Santander, mi labor se centra en el acompañamiento telefónico a personas que necesitan sentirse escuchadas y comprendidas. Gracias a la tecnología, puedo realizar mi voluntariado desde cualquier lugar, ofreciendo conversación, apoyo emocional y un rato de compañía a quienes, por diferentes motivos, viven situaciones de soledad. Mi discapacidad visual nunca ha sido un obstáculo, sino un impulso para demostrar que todos tenemos algo que ofrecer.
Decidí hacerme voluntaria porque, tras disponer de más tiempo libre, sentí la necesidad de emplearlo en algo valioso. La idea de la “cadena de favores” me marcó profundamente: todos, con o sin discapacidad, podemos contribuir a mejorar el mundo desde nuestro lugar. A través de una llamada, busco abrir una ventana de esperanza, escuchar sin juzgar y acompañar con empatía a personas que quizá ese día lo necesitan más que nunca.
Este voluntariado me aporta gratificación, fortaleza y una mirada más amplia sobre la vida. Me hace sentir útil, humana y profundamente conectada con los demás. Animo a todas las personas a dar el paso, siempre con formación y sensibilidad, porque una simple llamada puede cambiar un día… o incluso una vida.

María Jesús Gurpegui Ruiz — Voluntaria de la ONCE (Organización Nacional de Ciegos Españoles) y de la Cocina Económica de Santander
Como voluntaria en la ONCE (Organización Nacional de Ciegos Españoles) y en la Cocina Económica de Santander, combino dos ámbitos que me apasionan: el acompañamiento telefónico a personas con discapacidad visual y el apoyo psicológico y humano a quienes acuden diariamente en busca de ayuda. Ambos espacios me permiten ofrecer lo mejor de mí y seguir aprendiendo de los demás.
Decidí hacerme voluntaria por una necesidad personal de seguir creciendo y de mantener vivas mis habilidades profesionales en el ámbito de la psicoterapia y la escucha. Participar en estas organizaciones me ha permitido conocer realidades duras, pero también descubrir la enorme fortaleza que existe en quienes luchan cada día. En la ONCE, aprendo sobre empatía y resiliencia; en la Cocina Económica, sobre la importancia de la ayuda cercana y directa.
El voluntariado me aporta una satisfacción profunda, me hace sentir parte de una red de apoyo y me recuerda que siempre hay algo que podemos dar. Animo a todos a vivir esta experiencia: ayudar no solo transforma vidas, sino que nos transforma a nosotros mismos.

Sergio Gutiérrez y Marta Trueba — Voluntarios de ASPACE Cantabria (Asociación de Atención a Personas con Parálisis Cerebral)
Como voluntarios en ASPACE Cantabria (Asociación de Atención a Personas con Parálisis Cerebral), trabajamos para mejorar la calidad de vida de las personas con parálisis cerebral y sus familias. ASPACE es un espacio que conocemos muy bien, porque ambos formamos parte de él desde hace años. Yo, Sergio, tengo parálisis cerebral y hace tres años sufrí un ictus; Marta lleva en la asociación desde que era pequeña, y compartimos la ilusión de participar y ayudar.
Sergio: “Siempre he deseado participar en este tipo de proyectos, y ASPACE Cantabria me ha dado la oportunidad”.
Nuestra labor consiste en ofrecer charlas de sensibilización en centros educativos, compartiendo nuestras experiencias personales con los alumnos. Marta lo resume así: “Yo esperaba que los alumnos que recibiesen las charlas estuviesen contentos. Y así fue. Sentimos que hemos tenido un buen recibimiento”.
El primer día, confiesa Sergio, “no sabía cómo iban a reaccionar los estudiantes, me sentía nervioso. A pesar de los nervios, todo fue bien y pude disfrutar de la experiencia.”
Marta reconoce que “mi mayor dificultad es enfrentarme al miedo de hablar en público, ¡pero aquí estoy!”. Cada visita a un colegio o instituto nos permite acercar la realidad de la discapacidad a los jóvenes. “El hecho de visitar diferentes centros educativos —dice Marta— me ha permitido visibilizar la discapacidad. Es una experiencia que los acerca a nuestra vida. Me siento muy bien.”
Para Sergio, el proyecto ha supuesto un cambio importante: “A raíz de dar las charlas, me siento más realizado. Este proyecto me motiva, porque me hace sentir que soy activista en discapacidad.”
Marta lo tiene claro: “Los programas de voluntariado nos permiten relacionarnos con gente nueva y ayudar. Al principio, me costó entender cómo yo podía ayudar a los demás. Ahora lo entiendo y lo veo necesario.” Y entre risas, añade: “Cuando salgo a dar charlas, veo a muchos chicos y chicas guapos, ¡estoy encantada!”.
El voluntariado en ASPACE nos ha hecho crecer, nos ha dado voz y, sobre todo, nos ha demostrado que todos tenemos algo valioso que aportar.


María Olga Pérez Palencia — Voluntaria de SEOBirdLife Cantabria
Como voluntaria en la Delegación de SEOBirdLife en Cantabria, participo en distintas iniciativas centradas en la conservación de la naturaleza, especialmente en la protección de las aves. La mayor parte de las veces mi labor se desarrolla al aire libre: observando y censando aves, revisando cajas nido tras el período de cría, plantando arbolado, recogiendo semillas o identificando mariposas, abejorros y orquídeas silvestres. También colaboro en tareas de interior, como el montaje de cajas nido para paseriformes o autillos. Cada actividad es una oportunidad de conectar con el entorno natural y de contribuir, en la medida de lo posible, a su conservación.
Me hice voluntaria porque desde hace muchos años soy socia de SEO/BirdLife y siempre he sentido una profunda conexión con la naturaleza. Lo que comenzó como una pequeña colaboración en censos de aves fue creciendo hasta convertirse en una parte esencial de mi vida. Estas experiencias me han permitido aprender de la flora, la fauna y de las personas apasionadas que dedican su tiempo a cuidar del medio ambiente. Ser voluntaria es, para mí, una forma de devolver a la naturaleza todo lo que ella nos da.
Cada jornada de voluntariado me aporta disfrute, serenidad y un enorme aprendizaje. Estar en contacto con la naturaleza genera una energía especial, una buena vibración que te llena de calma y optimismo. Por eso, animo a todo el mundo a acercarse a estas actividades: vivimos en una provincia privilegiada, rodeada de parques, playas y bosques, y cuidar de ellos es también cuidar de nosotros mismos.

